Este sector empieza a prestar atención a la reducción de la contaminación que se produce desde la redacción del guión hasta el estreno y la forma de distribución.
En su discurso en los Globos de Oro a principios de este mes, el actor Joaquin Phoenix acusó a Hollywood de ignorar la contaminación cinematográfica.
En primer lugar, la elección de la ubicación de la película rara vez tiene en cuenta el impacto ambiental. Es común que todo el equipo viaje con su equipo para filmar sin preocuparse por las emisiones del transporte.
Con 20 años de experiencia, el productor francés Mathieu Delahousse advierte del problema: En su opinión, los recursos locales deben ser lo primero. “Estamos acostumbrados a trabajar con los mismos proveedores siempre. No pensamos en encontrar profesionales en la región de rodaje que nos suministren los mismos productos en lugar de que todo venga de París”, explica el productor. Una reflexión que afecta a todos los aspectos de la producción, “desde las comidas que se sirven en el plató hasta los técnicos que trabajan en los platós. Por ejemplo, podemos encontrar proveedores de madera responsables para ensamblar el conjunto”.
Escenografía y el maquillaje
Ante estas inconsistencias, Delahousse y un colega decidieron iniciar una consultoría especializada en promover el cine más verde, Secoya Eco Tournage. En primer lugar, el proyecto fue criticado hace cuatro años por proponer, por ejemplo, acabar con los envases de plástico en el plató y pasar de los vehículos de gasolina a los eléctricos. Pero hoy el productor se da cuenta de que la conciencia mundial sobre la crisis ambiental hace que sus propuestas sean cada vez más bienvenidas.
El guardarropa es una excepción: se alquila o se revende después de su uso en el cine o el teatro. Pero también se puede elegir mejor el maquillaje de los actores, enfatiza el productor: “Muchos productos de belleza son dañinos para el medio ambiente, o malos para la piel, o ambos a la vez. Tienes que ser más cuidadoso, después de todo, un actor puede hacerlo”. Pasa 200 días al año maquillándote para el escenario. Una gran cantidad de maquillaje conocido por su calidad en realidad contiene ingredientes que causan cáncer u otros problemas», recuerda.
Contaminación digital
Respecto a las explosiones en las películas de acción que representan emisiones directas de CO2 a la atmósfera, Mathieu Delahousse nos recuerda que la solución no es limitar la creatividad del cine ni acabar con la sobreproducción. Pero ciertamente es posible lograr los mismos efectos de manera más consciente.
«No tiene mucho sentido hacer un James Bond sin hacer estallar autos, pero podemos pensar mejor en cómo hacer esas explosiones. Tal vez volver a las miniaturas, como en los años 70, y perfeccionar la escena con efectos especiales digitales de esa manera, o hacerlo todo en la computadora, porque al fin y al cabo, la contaminación digital también existe”, dice.
El impacto ambiental de las computadoras en los cines es significativo. Las emisiones causadas por las toneladas de gigabytes que se necesitan para hacer una película son parte del problema, pero las ramificaciones de hacer que la función esté disponible en las plataformas de transmisión son de gran alcance. Ver una película online es mucho más contaminante que grabar un DVD.
Un esfuerzo por el planeta
Todos estos ajustes cuestan alrededor del 2% de la producción total. No parece mucho, pero para películas con un presupuesto, es un verdadero esfuerzo. Según Delahousse, la barrera financiera sigue siendo la más difícil de superar.
Las subvenciones para producciones respetuosas con el medio ambiente deberían aprobarse pronto en Europa. En Francia, por ejemplo, las películas que respetan la paridad de género reciben un 15% más de financiación pública, y propuestas similares podrían aplicarse a temas medioambientales.